Muchos estilos de baile hacen hincapié en trabajar de forma aislada los músculos, enseñando a mover grupos musculares de forma independiente.
En el caso de la danza oriental, las rutinas de danza pura ayudan a mejorar tanto la flexibilidad como la fuerza, centrándose principalmente en los músculos del torso, abdomen y piernas; favoreciendo la conciencia corporal y la ganancia de destrezas propias de esta danza, las rutinas que incorporan elementos como el velo fortalecen igualmente los brazos, los hombros y el tronco superior en general, mientras que los ejercicios de manos y de crótalos o chinchines aumentan la fuerza de los dedos, trabajándolos uno a uno.
La danza oriental es apropiada para todas las edades y para personas de cualquier constitución.
También es beneficiosa para la mente, ya que fomenta la autoestima, mejora el grado de bienestar de quienes disfrutan practicándola regularmente.
Aparte de ser una manifestación artística, la danza oriental se ha adaptado como programa de ejercicio. Al tratarse de un entrenamiento cardiovascular completo y fortalecer los músculos abdominales, está ganando popularidad entre los que desean perder peso, ganar flexibilidad y firmeza.
Una sesión intensa de sesenta minutos puede quemar alrededor de 330 calorías. Además mejora mucho la postura.
Beneficios comprobados:
* Mayor consciencia corporal
* Mayor resistencia corporal
* Reduce tensiones y bloqueos musculares
* Moviliza Articulaciones
* Aumento de la concentración
* Estimulo de la memoria
* Corrección postural
* Mayor conciencia rítmica
* Mejora la autoestima
* Conectar a la bailarina con su lado femenino
